Intoxicación alimentaria (bebés/niños pequeños)
La intoxicación alimentaria es una enfermedad que se transmite a través de los alimentos. Por lo general, se produce de 1 a 24 horas después de ingerir alimentos en mal estado. A menudo, es causada por virus, bacterias y parásitos o toxinas que se producen en alimentos que no se han cocinado o refrigerado correctamente. Los síntomas pueden incluir vómitos, diarrea y fiebre. Estos síntomas generalmente duran de 1 a 2 días. Por lo general, no se necesitan antibióticos. Pero pueden usarse para una intoxicación alimentaria causada por bacterias.
El principal peligro de esta enfermedad es la deshidratación. Es la pérdida de demasiada agua y minerales del cuerpo. Cuando esto ocurre, se deben reemplazar los líquidos corporales de su hijo. Esto puede hacerse con solución de rehidratación oral. Puede conseguir solución de rehidratación oral en farmacias y en la mayoría de las tiendas de comestibles.
Cuidados en el hogar
Siga todas las instrucciones del proveedor de atención médica de su hijo.
Si le administra medicamentos a su hijo:
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No administre medicamentos de venta libre para la diarrea, a menos que se lo indique el proveedor de su hijo. Pueden hacer que la enfermedad dure más tiempo.
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Puede usar acetaminofeno o ibuprofeno para controlar el dolor y la fiebre según las pautas de edad y peso. O puede usar otros medicamentos según lo recetado.
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No le dé aspirina a ninguna persona menor de 19 años que tenga fiebre. Puede causar daño hepático y cerebral debido a una afección potencialmente mortal denominada síndrome de Reye.
Para prevenir la propagación de la enfermedad:
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Recuerde que lavarse las manos con jabón y agua corriente limpia o con un desinfectante a base de alcohol es la mejor manera de prevenir la propagación de la infección.
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Lávese las manos antes y después de cuidar a su hijo enfermo.
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Limpiar el inodoro o el área de cambio de pañales después de cada uso. Deseche los pañales sucios en un recipiente sellado.
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No lleve a su hijo a la guardería hasta que el proveedor de su hijo diga que está bien.
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Enséñele a su hijo a lavarse las manos después de ir al baño y antes de las comidas. Esto es muy importante si su hijo está en la guardería.
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Lávese las manos antes y después de preparar la comida. Tenga en cuenta que las personas con diarrea o vómitos no deben preparar alimentos para otras personas.
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Lávese las manos y los utensilios después de usar tablas de cortar, mesadas y cuchillos que hayan estado en contacto con alimentos crudos.
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Lave y luego pele las frutas y verduras.
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Mantenga la carne cruda lejos de los alimentos cocidos y listos para comer.
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Use un termómetro para alimentos cuando cocine. Cocine la carne blanca al menos a 165 °F (74 °C). Cocine la carne picada (carne de res, ternera, cerdo, cordero) al menos a 160 °F (71 °C). Cocine la carne de res, ternera, cordero y cerdo fresca al menos a 145 °F (63 °C). Cocine el pescado al menos a 63 °C (145 °F) o hasta que la carne ya no sea translúcida y se separe fácilmente con un tenedor.
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No le sirva a su hijo carne blanca o carne roja cruda o poco cocida, o huevos crudos o poco cocidos (escalfados o fritos), o leche o jugos no pasteurizados.
Administrar líquidos y dar de comer
El objetivo principal al tratar los vómitos o la diarrea es prevenir la deshidratación. Esto se hace administrando a su hijo pequeñas cantidades de líquidos con frecuencia.
Si su bebé toma el pecho:
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Para la diarrea. Siga amamantando. Dele de comer a su hijo con más frecuencia de lo habitual. Si la diarrea es intensa, administre solución de rehidratación oral entre cada alimentación. A medida que la diarrea disminuye, deje de administrar solución de rehidratación oral y retome su horario normal de lactancia.
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Para los vómitos. Después de 2 horas sin vómitos, reinicie la lactancia. Pase la mitad del tiempo de alimentación habitual en cada mama cada 1 a 2 horas. Si su hijo vuelve a vomitar, reduzca el tiempo de alimentación a 5 minutos en 1 mama solamente, cada 30 a 60 minutos. Cambie a la otra mama con cada alimentación. Un poco de leche se absorberá incluso cuando su hijo vomite. A medida que se detengan los vómitos, retome su horario habitual de lactancia.
Si su bebé toma el biberón:
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Administre pequeñas cantidades de líquido por vez, especialmente si su hijo vomita. Una onza o 2 (30 a 60 ml) cada 30 minutos puede mejorar los síntomas. Comience con 1 cucharadita (5 ml) cada 5 minutos y aumente gradualmente según la tolerancia.
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Para la diarrea: Dele leche o leche maternizada sin diluir. Si la diarrea es intensa, administre solución de rehidratación oral entre cada alimentación. Si le da leche y la diarrea no mejora, deje de darle leche. En algunos casos, la leche puede empeorar la diarrea. Pruebe con leche de soja o deslactosada. No le dé jugo de manzana, gaseosa ni otras bebidas endulzadas. Las bebidas con azúcar pueden empeorar la diarrea. Si su hijo no tolera los alimentos, vuelva a darle solo líquidos transparentes.
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Para los vómitos. Después de 2 horas sin vómitos, pruebe darle la leche o leche maternizada de siempre. Si en algún momento el niño comienza a vomitar de nuevo, vuelva a pequeñas cantidades de líquidos transparentes. Comience con cantidades pequeñas y aumente la cantidad según lo tolere.
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Si su hijo se encuentra bien después de 24 horas, reanude la dieta y el cronograma de alimentación regulares.
Si su hijo está consumiendo alimentos sólidos:
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Tenga en cuenta que los líquidos son más importantes que los alimentos en este momento. Dele pequeñas cantidades de líquido a la vez, especialmente si el niño tiene retorcijones en el estómago o vómitos.
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Para la diarrea. Si le da leche a su hijo y la diarrea no desaparece, deje de darle leche. En algunos casos, la leche puede empeorar la diarrea. Si eso sucede, use solución de rehidratación oral en su lugar. Si la diarrea es intensa, administre solución de rehidratación oral entre cada alimentación. Las bebidas isotónicas no son equivalentes a las soluciones de rehidratación oral. Contienen demasiado azúcar y muy pocos electrolitos.
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Para los vómitos. Comience con solución de rehidratación oral a temperatura ambiente. Administre 1 cucharadita (5 ml) cada 5 minutos. Aunque su hijo vomite, continúe dándole solución de rehidratación oral. La mayor parte del líquido se absorberá a pesar de los vómitos. Después de 2 horas sin vómitos, comience con pequeñas cantidades de leche o leche maternizada y otros líquidos. Aumente la cantidad según la tolerancia. No le dé a su hijo agua sola, leche, leche maternizada u otros líquidos hasta que se detengan los vómitos. A medida que los vómitos disminuyan, intente darle mayores cantidades de solución de rehidratación oral. Deje pasar más tiempo entre una y otra. Continúe así hasta que su hijo esté produciendo orina y ya no tenga sed (no le interese beber). Después de 4 horas sin vómitos, reinicie los alimentos sólidos. Después de 24 horas sin vómitos, reanude la dieta normal.
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Puede reanudar la dieta normal de su hijo con el tiempo a medida que se sienta mejor. No obligue a su hijo a comer, especialmente si tiene dolor de estómago o retorcijones. No le dé a su hijo grandes cantidades para comer a la vez, aunque tenga hambre. Esto puede hacer que su hijo se sienta peor. Puede darle a su hijo más alimentos con el tiempo si puede tolerarlo. Para un bebé mayor de 4 meses, puede darle cereal, puré de papas, compota de manzana, puré de banana o puré de zanahorias durante este tiempo. En el caso de los niños de 1 año o más, puede agregar galletas, pan blanco, arroz, galletas y otros almidones complejos, carnes magras, yogur, frutas y verduras. Las dietas con bajo contenido de grasas son más fáciles de digerir que las dietas con alto contenido de grasas.
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Si los síntomas reaparecen, vuelva a una dieta simple o a líquidos transparentes.
Atención de seguimiento
Haga un seguimiento con el proveedor de atención médica de su hijo o según se lo indiquen. Si se obtuvo una muestra de heces o se realizaron cultivos, llame al proveedor para conocer los resultados según las instrucciones.
Llame al 911.
Llame al 911 si su hijo tiene alguno de los siguientes síntomas:
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Dificultad para respirar.
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Confusión.
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Somnolencia extrema o pérdida de la conciencia.
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Dificultad para caminar.
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Frecuencia cardíaca rápida.
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Dolor torácico.
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Rigidez en el cuello.
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Convulsiones.
Cuándo consultar al médico
Llame al proveedor de atención médica de su hijo o busque atención médica de inmediato si se presenta cualquiera de estas situaciones:
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Dolor abdominal que empeora.
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Dolor constante en la parte inferior derecha del abdomen.
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Vómitos reiterados después de las primeras 2 horas con líquidos.
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Vómitos ocasionales durante más de 24 horas.
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Más de 8 deposiciones con diarrea dentro de las 8 horas.
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Diarrea intensa continua durante más de 24 horas.
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Sangre o material negro en los vómitos o las heces.
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Disminución de la ingesta oral.
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Orina oscura o ausencia de orina durante 4 a 6 horas, ausencia de lágrimas al llorar, ojos hundidos o boca seca.
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Irritabilidad o llanto que no puede calmarse.
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Somnolencia inusual.
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Nueva erupción.
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Diarrea que dura más de 1 semana.
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Fiebre (consulte Fiebre y niños, a continuación).
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Los síntomas empeoran o su hijo tiene síntomas nuevos.
Fiebre y niños
Use un termómetro digital para controlar la temperatura de su hijo. No utilice un termómetro de mercurio. Existen diferentes tipos y usos de termómetros digitales. Incluyen:
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Termómetro rectal. Para los niños menores de 3 años, la temperatura rectal es la más precisa.
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Termómetro de frente (temporal). Este funciona para niños a partir de los 3 meses de edad. Si un niño menor de 3 meses tiene signos de enfermedad, puede utilizarse como primer paso. Es posible que el proveedor de atención médica desee confirmar con un termómetro rectal.
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Termómetro de oído (timpánico). Las temperaturas de los oídos son precisas después de los 6 meses de edad, pero no antes.
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Termómetro axilar. Este es el menos confiable, pero puede usarse para un primer paso para controlar a un niño de cualquier edad con signos de enfermedad. Es posible que el proveedor desee confirmar con un termómetro rectal.
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Termómetro de boca (oral). No use un termómetro en la boca de su hijo hasta que este tenga al menos 4 años.
Use el termómetro rectal con cuidado. Siga las instrucciones del fabricante del producto para el uso correcto. Insértelo suavemente. Etiquételo y asegúrese de que no se use en la boca. Puede transmitir gérmenes de las heces. Si no se siente cómodo usando un termómetro rectal, pregunte al proveedor de atención médica qué tipo usar. Cuando hable con un proveedor de atención médica sobre la fiebre de su hijo, dígale qué tipo de termómetro usó.
A continuación, se presentan pautas para saber si su hijo pequeño tiene fiebre. El proveedor de atención médica de su hijo puede darle números diferentes para su hijo. Siga las instrucciones específicas de su proveedor.
Lecturas de fiebre para un bebé menor de 3 meses:
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Termómetro rectal o de frente: 100,4 °F (38 °C) o más
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Termómetro axilar: 99 °F (37,2 °C) o más
Lecturas de fiebre para un niño de 3 meses a 36 meses (3 años):
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Termómetro rectal, de frente o de oído: 102 °F (38,9 °C) o más
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Termómetro axilar: 101 °F (38,3 °C) o más
Llame al proveedor de atención médica en estos casos:
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Temperatura reiterada de 104 °F (40 °C) o más en un niño de cualquier edad.
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Fiebre de 100,4 °F (38 °C) o más en bebés menores de 3 meses.
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Fiebre que dura más de 24 horas en un niño menor de 2 años.
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Fiebre que dura 3 días en un niño de 2 años o más.